Cuando nos creemos alguien tenemos un lastre enorme y nadie puede quitárnoslo: el tiempo. Somos verdaderos expertos reteniéndolo y acumulándolo.
¿Cómo se puede retener el tiempo? Es muy fácil: ejercita la memoria. A más memoria más tiempo guardarás y más te pesará. Porque el tiempo pesa. Cada día que pasa puede ser tiempo consumido o tiempo retenido. El tiempo consumido no pesa, desaparece. El tiempo retenido queda en suspenso, ahí, en el entramado neuronal de nuestro cerebro, al acecho, siempre dispuesto a volver… ¿Recuerdas…? Tiempo retenido.
¿Cómo avanzar con ese lastre? Llevas una mochila muy pesada.
Si quieres seguir por la senda espiritual, si deseas acercarte a las moradas de Dios, tendrás que olvidar el tiempo, morir al pasado. El tiempo y todo lo que le rodea es exterior a nosotros y tu vida no depende de ellos sino de ti mismo. Así que si quieres caminar no lo acumules, no le prestes atención. Es ilusión, engaño.
Sé humilde, abandónate.